Desafíos actuales de los DD.HH.

El barrio en donde se encuentra nuestra escuela está habitado mayoritariamente por familias de clase trabajadora cuyos recursos económicos muchas veces no alcanzan a satisfacer sus necesidades básicas y su acceso real a medios que ayuden a mejorar su calidad de vida suele ser limitado.
Como sabemos, los argumentos que plantea el discurso meritocrático son falsos, y tanto la desigualdad como la exclusión social, restringen las posibilidades que determinados colectivos sociales disponen para acceder en iguales condiciones que otros a seguir estudiando luego de la escuela secundaria, poder obtener empleos bien remunerados en donde sean capacitados y no sobreexplotados, acceder a créditos, a un sistema de salud donde las guardias no estén colapsadas y en el que solicitar un turno con un profesional no requiera de tiempos de espera excesivos, entre otros aspectos.
Si bien han existido políticas públicas destinadas a facilitar el acceso de los sectores más vulnerables a servicios básicos, las mismas aún siguen siendo insuficientes y creemos que deberían generar una reducción de las desigualdades, algo que analizando, aunque sea mínimamente la realidad social, no ha sido logrado. De acuerdo a ello, el Estado aún mantiene una deuda importantísima en materia de DD.HH.
En este trabajo nos centraremos particularmente en el análisis de dos aspectos del ámbito de la salud y la relación que mantienen con la desigualdad y la exclusión social. La presente investigación entonces, intentará dar cuenta de cómo estos factores han afectado a nuestra comunidad durante el período más severo de la epidemia Covid-19, y como repercute en la cotidianeidad de las personas con discapacidad.